Me gustas

 

 

Jamás en mi vida me sentí tan agotada, ni siquiera después de hacer clases de gimnasia. Nunca pensé que podría bailar como una persona normal, y mucho menos con alguien como Chase. De cierta forma, era chistoso ver como las arpías maquilladas de la fiesta miraban incrédulas; una Don Nadie bailaba con Chase.

 

—Mis pies ya no dan para más —le comento entre risas. Me dejo caer sobre uno de los sillones, junto a una pareja besándose. Chase se sienta a mi lado—. Nunca usé unos tacones tan altos.

 

—¿Los has usado para estar a mi altura, Michi? -Pregunta con egocentrismo. Le doy un codazo en el brazo y él se echa a reír—. Lo siento. Lo siento —se disculpa frotándose donde lo golpeé— ¿Ya te dije que eres la más linda de acá?

 

Siento como Cupido clava una flecha justo en mi corazón.

 

 

—No seas idiota —le refuto, sonrojándome—.

 

 

Cuando la pareja a nuestro lado pasa a un grado menos inocente y las acaricias se convierten en otras cosas más candentes, Chase y yo nos apartamos y volvemos al patio. Veo a Ashley coqueteando con un chico X, Anne abrazada en JJ llega junto a nosotros.

 

—Hola, desaparecida —dice—. Vamos a jugar.

 

 

—¿Qué cosa? —Pregunto. Chase se ríe entre dientes, sabiendo exactamente de qué habla Anne.

 

—Es imposible que Michi quiera jugar a eso —Chase se cruza de brazos y niega con la cabeza—. Apuesto a que dirá: "Antes muerta que jugar a eso" —hace una mala imitación mía, mientras JJ se ríe de su expresión.

 

—¡¿Qué cosa?! —Insisto. Anne me mira compasiva de mi ingenuidad.

 

 

—Están jugando a beso o trago —responde con desinterés—. Es el

 

juego de la botella, con la facilidad de no besuquearte con medio mundo, sino que tienes la posibilidad de beber un vaso de cerveza a cambio.

 

Anne me toma del brazo y me da una mirada cómplice.

 

 

—Si quieres una excusa para besar a Chase esta es la oportunidad de tu vida sin tener que avergonzarte luego —me murmura. Mi cara de horror es monumental. Chase no le recrimina y parece disfrutar de mi estado en crisis por decidir si juego o no.

 

Mi amiga me arrastra hasta el grupo de chicos sentados alrededor de una botella de vino vacía. No hay ningún rostro familiar, excepto el de Mika.

 

Jamás había jugado algo así, nunca había tenido que ver algo así. Y nunca de los nunca creí que lo jugaría. Sentándome en el piso, rogué que la botella no me apuntara.

 

Chase se sienta frente a mí, JJ junto a Anne y yo entre ella y Mika; quien por algún motivo parecía estar de buen humor por haberse librado de los caprichos de su hermana por Chase. Ahora tendría que lidiar con un nuevo cuñado.

 

Trago saliva. Tengo un vago presentimiento, no sé si bueno o malo.

 

 

Tras varios besos y tragos, Chase es el siguiente en girar la botella. Antes de hacerlo, me lanza una mirada y la gira. Todos estamos expectantes por ver a quién apuntará la botella. Después de unos segundos, se detiene frente a una chica de cabello castaño, quien se sorprende enormemente y se arregla en cabello, luego.

 

Chase le sonríe, pero agarra uno de los vasos con cerveza y lo bebe al seco. Siento que la tensión surgida de repente en mi pecho, desaparece.

 

No obstante, la suerte como corre a mi favor cuando las siguientes chicas en girar la botella tienen que besarlo a él. Y ellas no se hacen de rogar cuando deben hacerlo. Una, dos, tres y cuatro son las afortunadas que no escatiman en darle un beso inocente.

 

Y todo frente a mis ojos.

 

 

Mika es el siguiente en girar la botella y a quien apunta ésta, es a mí.

 

 

—...No —mascullo para mis adentros.

 

 

Mika sonríe y gira a verme. Hace a un lado mi cabello, lo que causa que también voltee a verlo, sintiendo un escalofrío ante el rose de sus dedos sobre mi piel. Sus ojos están clavados en los míos. Trago saliva cuando siento que toma mi brazo y se acerca. Estando lo suficientemente cerca, alejo mi cuerpo de él sin poder quitarle los ojos de encima —¡A la mierda!—. Cierro mis ojos, pero abro uno cuando no siento nada.

 

Mika se detiene a centímetros de mis labios. Toma un vaso de cerveza y lo bebe.

 

Suelto un suspiro pesado.

 

 

Yo soy la siguiente: giro la botella. Después de tambalearse, apunta a nada más y nada menos que Chase.

 

Muerdo mi labio.

 

Una guerra mundial comienza a surgir en mi cabeza. Podía besar a Chase, darle un solo toque en sus labios, cosa que jamás he hecho, pues las dos veces fue él quien lo hizo, y en la primera terminó llamándome novata. Y la segunda, bueno no estuvo taaaan mal, pero ahora... en este preciso momento sería la quinta en besarlo y aunque él

optó por no besar a nadie, no quiere decir que no me coma las salivas de las cuatro anteriores.

 

Así que agarro el vaso de cerveza y me lo bebo al seco.

 

 

Sé que Anne debe estar insultándome para sus adentros en este preciso momento.

*****

Miro la cerveza dentro del vaso que sostengo. Pongo el vaso a la altura de mis ojos y sonrío.

 

—Es mi cuarto vaso —le comento a Anne, quien se ha cansado de bailar con JJ.

 

—Sí, me sorprende tu tolerancia al alcohol —dice con sarcasmo, quitando el vaso de mi mano. Siento un remesón en mi estómago y creo que vomitaré, pero no, es sólo un hipo que me hace alzar los hombros—. Te ves horrible, no debiste beber de esa forma.

 

Apoyo mi cabeza sobre su hombro.

 

 

—Lo sé, lo sé, pero quería olvidar todo. Soy una completa idiota —ella acaricia mi brazo. Mis parpados son tan pesados que me veo obligada a cerrarlos.

 

—Ahí viene JJ —me informa.

Siento que todo me da vueltas. JJ se agacha un poco para que me suba a su espalda y llevarme de vuelta al auto. Mis oídos se han tapado y escucho en la lejanía la música de la fiesta. Anne abre la puerta de la casa y salimos al jardín.

 

—Soy una idiota —repito, apoyando mi cabeza en el hombro de JJ—. Chase también lo es —entre cierro los ojos—. En serio quería besarlo, desde el comienzo del juego me estaba haciendo la idea de hacerlo, pero después de ver como esas cuatros "pinturitas" lo hicieron, tuve que morderme la lengua. JJ —suspiro y vuelvo a hipar—, si fuese como ellas seguramente lo hubiera besado... soy demasiado orgullosa. Tanto así

que no puedo admitir que él me gusta... —me tomo la cabeza con una mano, mientras con la otra me agarro de su hombro. Cierro los ojos para evitar marearme más— ¿Por qué no has dicho nada, JJ?

 

—Porque no soy JJ, soy Chase —la voz de Chase resuena dentro de mi cabeza. Aunque mis intenciones fueran bajarme, no podría hacerlo, me siento demasiado cansada—. Soy yo quien te está cargando, boba. Y no hay necesidad de darme explicaciones, no soy un retrasado. Así que

deja de lado el orgullo y dímelo.

 

 

—¿El qué? —apoyo mi barbilla en su hombro.

 

 

—Tú sabes qué.

 

 

—Te estás aprovechando de mi por sentirme fatal, verdad? —le digo con reproche. Abro mis ojos—. Pero escucha bien, porque lo diré una vez nada más —trago saliva—. Me gustas, Chase Frederick.

 

Él guarda silencio unos instantes, siendo mi ataque de hipo lo único que de escucha de camino al auto.

—Dios mío, le gusto a una nerd... —dice con sorpresa fingida. Se detiene frente al auto de JJ.

 

—Dios mío, le gusto a un dictador... —sonrío— Chase lo siento...

 

 

—¿Por qué? —una arcada es la causante que todo lo que comí en el día, caiga de plano al suelo y de paso manche la ropa de Chase— Ah... por eso. Muy romántico de tu parte.