En la calle hay un largo camino de autos estacionados, por lo que JJ deja el auto a más de una cuadra de la casa de Mika, donde es la fiesta de Chase. Por lo que no nos queda de otra que caminar hasta la casa.
Desde donde estamos, podemos escuchar la música, los gritos y las risas.
—Me habría gustado más si la fiesta hubiese sido de disfraces —le comento a Anne cuando llegamos. Un grupo de chicas cotorrean entre sí afuera de la casa, nos miran de pies a cabeza y se echan a reír. Entrelazo mi brazo con el de Anne.
JJ se adelanta a entrar por la puerta abierta, mientras el bajo de la música parece taparnos los oídos a Anne y a mí. Caminamos por el pasillo esquivando a los sujetos que ya están ebrios a más no poder. Uno de ellos me agarra del cuello y se balancea de lado a lado, riendo como endemoniado.
—¿Qué tal muñeca? —pregunta, sonriendo.
Su aliento a cerveza casi me dan nauseas y cuando estoy a punto de empujarlo, Chase lo aparta por mí. Me acerca a él aprisionándome con sus brazos.
—Ella es mía, Sam. Aléjate —le advierte. El chico pone una cara de horror y se marcha tambaleando y sosteniéndose de las paredes. Chase me toma de los hombros y se aleja un poco checando cómo estoy—. Te he salvado, Michi —dice, sonriendo a medio labio.
Anne sonríe a su lado moviendo sus cejas arriba y abajo. JJ la toma del brazo y se adentran más a la casa dejándonos solos.