Este libro lo dedico como regalo de aniversario a mi hijo Tomás. El mismo día que el libro ve la luz, Tomás cumple dieciocho años. Al leerlo, uno se dará cuenta de que esta dedicatoria no es un dato menor y que cobra su pleno sentido y pertinencia. También para su madre, mi exesposa Cristina, con la que compartimos la alegría de tenerlo como hijo y mantenernos unidos en él para siempre. Y a Ramón Resino, amigo entrañable del alma y padrino de Tomás, de quien tomé la semilla fundacional de este cuento. En su honor y memoria.