El teléfono sonó y Marie se levantó a responder. Cuando volvió estaba sudando y sentía que las rodillas no la tenían en pie. “Era Cory. Me acaba de decir que han encontrado un cuerpo ahorcado detrás del escenario del parque.” Bebió un trago de agua. “Han identificado el cadáver. Era Ellen Porter. No hay duda de que en mi mente estos espíritus están conectados con el asesino.”Once
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Gale se levantó y cogió el bolso. “Vamos, tenemos que ir para allá. ¿Qué dijo Cory cuando le hablaste de la sesión?”
“No le he dicho nada. A ver, quiero decir, creo que estoy en shock después de esto. ¿Cómo iba a soltárselo en medio de la conversación? Ah, oye, por cierto, los espíritus nos avisaron esta noche de que una tal Ellen estaba en peligro...” Marie bebió un trago de agua. “¿De verdad crees que deberíamos ir?”
Gale sacó el móvil. “Joder, sí, voy a llamar a Tim. Creo que quizá deberíamos juntar a todo el grupo en el parque de bomberos y ver si conseguimos pensar en algo.”
Marie se sentó y lanzó una mirada a Myra. “¿Qué crees que debemos hacer?”
“Estoy de acuerdo con Gale, tenemos que ir hacia allá y cuando tengas la oportunidad necesitas decirle a Cory lo que ha pasado aquí esta noche.” Myra se levantó y agarró su chaqueta. “¿No nos dijiste que Cory quería que le avisases si pasaba algo así?”
“Sí, eso dijo, pero tampoco pensé que fuese a pasar algo así. Esto está empezando a asustarme.” Marie se puso en pie y se calzó las chanclas.
“Tim ha dicho que media ciudad y todos los medios de comunicación están allí. Dijo que vayamos por la parte trasera del parque de bomberos y nos dejará entrar. Va a contactar al resto del equipo.” Gale ayudó a Myra con la chaqueta. “Coged vuestras notas; no quiero olvidar nada de lo que apuntamos.”
“Vale, yo las cogeré.” Marie leyó los garabatos de Gale. “Hey, ¿dónde viste humo?”
Gale miró a Marie. “No lo sé, era raro; te oí preguntando quién estaba en peligro y vi el humo flotando alrededor.”
“Yo también lo vi.” Myra observó a Marie. “¿Tú no?”
Marie les devolvió la mirada pálidamente. “Sí, yo también lo apunté. Vale, no estoy segura de qué tiene esto que ver con lo demás, pero estoy de acuerdo en juntar al grupo y ver si sacamos algo en claro de todo esto.”
Se dirigieron al centro de la ciudad y pudieron ver las luces de las linternas en la distancia. Una vez llegaron a la estación de bomberos, entre todo el caos, fueron hacia la parte trasera del edificio y llamaron a la puerta.
Tim abrió la puerta y sonrió a Gale. “Hola, pasad. Ya he llamado al resto del equipo, están en camino. Como es lógico, todos estaban viniendo hacia aquí para ver por qué tanta conmoción.”
Gale le dio un largo y apasionado beso a Tim. “Te he echado de menos. Ah, y recuérdame que te cuente cómo acabó la noche de Marie, con Cory en su cama esta mañana.”
“¿Qué? ¿En serio? Bueno, bueno, bueno, eso es interesante.” Tim sonrió a Marie y pasó el brazo por los hombros de Gale. “Subid, se oye menos el ruido arriba. Estoy de guardia esta noche y tengo que quedarme por aquí.”
Marie ayudó a Myra a subir los estrechos escalones detrás de Tim y Gale. Le encantaba el diseño de la estación de bomberos, con el verde tejado de metal y el revestimiento gris. Siempre pensó que la cúpula le daba un toque de distinción. “¿Has visto a Cory, por casualidad?”
“Sí, estaba con los médicos, dictando órdenes como un loco a John y al resto de oficiales.” Tim abrió la sala de conferencias y encendió la luz. “Ahora, ¿qué balbuceabas sobre una sesión y de que estaba relacionada con ese asesino en serie?”
“No balbuceaba.” Gale le dio un golpe en el hombro. “Hicimos una sesión espiritista, y fue la cosa más alucinante de toda mi vida. Fue absolutamente aterrador. Al terminar escribimos todo lo que habíamos visto y oído, y las tres vimos a los espíritus que han estado visitando a Marie. Nos avisaron de que Ellen estaba en peligro.”
Tim fue hasta la cocina y preparó una cafetera. “¿En serio? ¿Las tres oísteis eso? Vale, sí, asusta bastante. Yo nunca he hecho ninguna sesión de esas.”
Marie se sentó en una de las sillas situadas alrededor de la gran mesa de roble de la sala de conferencias. Le produjo un fuerte sentimiento de honor, con la bandera estatal y la americana en una esquina. Viendo todos los carteles de seguridad y las pizarras llenas de notas, era evidente que había mucha actividad en esa sala. “También vimos humo al fondo.”
“¿Humo? ¿Qué tipo de humo, como un fuego?”
Gale negó con la cabeza. “No, era solo una pequeña columna de humo flotando alrededor. Es difícil de explicar.”
“Humo de cigarrillo.” Myra les miró. “Creo que parecía humo de cigarrillo. Daba vueltas a nuestro alrededor como si estuviera saliendo de un cigarrillo.”
“Sí, sí, eso es, eso parecía, humo de cigarrillo.” Gale tiritó, cogió la chaqueta de Tim y se la colocó sobre los hombros.
Marie se levantó y dio vueltas por la habitación. “Tienes razón, Myra. Eso es exactamente lo que parecía. ¿Que creéis que los espíritus estaban intentando decirnos con el humo? ¿Que Ellen Porter fumaba?”
Gale cogió rápidamente sus notas. “También oí alguien cantando. Sí, era como un coro de fondo. ¿Alguna de vosotras también lo oyó?”
“Sí, yo sí, ¿y tú, Marie?”
“Ahora que lo mencionas, me pareció oír débilmente música de fondo. Pero me olvidé de escribirlo. Buena esa, Gale.”
Tim sacó algunas tazas de café y las colocó alrededor de la cafetera. “No sé si tiene algo que ver, pero hubo un concierto esta noche en el escenario. Y Ellen Porter estaba en el coro, tenía un solo.”
Marie se quedó de piedra y miró fijamente a Tim. “¿Te estás quedando conmigo? No me lo creo. Esto ya empieza a ser demasiada coincidencia. Es tan difícil encajarlo todo cuando estás en medio. Quiero decir, ¿creéis que habríamos atado cabos para salvarla si hubiésemos tenido la sesión antes?”
Gale se levantó, sirvió una taza de café y se la entregó a Marie. “Mira, no puedes empezar a pensar así. No podíamos haberlo controlado. Lo que tenemos que pensar es cómo prevenir el próximo ahorcamiento. Respiremos hondo y esperemos a que venga el resto del equipo para discutirlo. Tim, ¿cuándo crees que Cory se nos podrá unir?”
“No lo sé. Le dejé un mensaje en el móvil.” Se dio la vuelta cuando oyó que alguien llamaba a la puerta. “Deben ser los demás.”
Marie escuchó a Tim decir hola y el ruido de pisadas de un grupo de gente subiendo las escaleras hasta que finalmente Jim entró el primero en la habitación. “Hola, Jim, ¿qué tal? Gracias por venir.”
“Hola, sin problemas Marie, ya estaba en el parque cuando llamó Tim.” Avanzó y se sirvió una taza de café. “Mimi está de camino; estaba cerrando la farmacia. Tenía inventario.”
Harry entró con su maletín, llevando un traje de tres piezas a cuadros. “Buenas noches a todos.”
Gale vio el traje y puso los ojos en blanco. “Harry, ¿vas a todas partes en traje?”
Marie se aclaró la garganta mirando fijamente a Gale. “Hoy no, ¿vale? ¿Por qué no nos sentamos todos y nos relajamos mientras esperamos a Mimi y Cory? A Gale, Myra y yo nos gustaría compartir algo que ha ocurrido en nuestra sesión de esta noche.”
Harry se enderezó las gafas. “Ya os dije que hacer una sesión podía causar problemas. No creo en ellas. Agitan lo desconocido y posiblemente causan estragos en el más allá.”
“Estragos y una leche, Harry, sabes tan bien como los demás que las sesiones pueden ser de gran ayuda si se realizan correctamente.” Gale miró hacia Myra. “Y Myra estaba al mando, controlando toda la situación. No hubo ningún estrago, ¿vale?”
Antes de que Harry pudiese responder llamaron de nuevo a la puerta, y Tim fue a abrir. Unos minutos después Mimi entró en la sala sujetando una gran caja de dulces de la Pastelería Olde Colony y colocándolos en la mesa. “Buenas noches a todos, traigo dulces.”
Jim miró la caja. “¿No podías haber pedido que trajese algo de casa?”
Mimi resopló. “Jim, estos los trajo Marjorie Jenkins mientras hacíamos el inventario y esto es lo que ha quedado. Anda, tráeme un café y coge uno.”
Jim se levantó de la silla y fue hacia la cafetera. “Marjorie Jenkins siempre la ha tenido conmigo.”
Marie se volvió a sentar. “Gracias por traerlos, Mimi. Creo que tenemos una larga noche por delante.”
Mimi abrió la caja y cogió un cupcake de chocolate helado antes de hablar en dirección a Jim. “De nada, al menos alguien me lo agradece.”, dijo dando un gran mordisco al cupcake. “Jim, ¿puedes pasarme una servilleta? Ahora, Marie, cuéntame acerca de esta sesión. Jim no tenía todos los datos cuando me llamó.”
Jim colocó el café enfrente de Mimi y luego miró a Marie. “Sí, ¿por qué no nos avisaste para ayudar con la sesión? Habría sido interesante verlo”
Marie observó a Mimi tratando de limpiar el hielo que había quedado en su mejilla e intentó ignorar lo tonta que parecía. “Bien, fue algo que decidimos espontáneamente. Pero tomamos notas y las tres tuvimos experiencias similares.”
Marie explicó lo que había ocurrido durante la sesión y esperó las respuestas del resto del equipo. “¿Alguno de vosotros cree que esto es una gran coincidencia o algo ocurre entre lo normal y lo paranormal?”
Mimi habló primero. “Yo sí creo que hay algo en el más allá advirtiéndote a ti o a cualquiera que lo note. No creo que debamos ignorar esto.” Miró a Harry. “¿Y tú?”
Harry dio un sorbo al café. “Por muy poco que me gusten las sesiones, supongo que hay formas de contactar con el más allá a través de ellas. Yo también creo que no debemos ignorar esto y confiar esta información al Comisario Miller.”
“Estoy de acuerdo. Marie, ¿crees que Cory nos informará de alguno de los detalles que tienen?” Jim cogió un bollito y dio un mordisco.
“No lo sé, pero sé que me pidió que le mantuviese informado si ocurría algo así.” Marie sintió vibrar su cadera, cogió el teléfono y colgó rápidamente. “Era Cory; está de camino con John.”
Gale cogió un rollito de canela. “Bien, ahora podremos tener alguna información sobre el caso y ver qué tiene él que decir acerca de nuestra sesión.”
Marie esperó expectante y agarró un bollito de chocolate. “Me gustaría que fuésemos con cuidado con esta conversación, si no os importa. Él acaba de empezar a creer en este tipo de cosas. No quiero asustarle con la sesión.”
Antes de que Gale pudiera responder oyeron un golpe en la puerta y Marie mordió el bollito nerviosa. Esperaba que Cory estuviese de ánimos para oír hablar acerca de la sesión. Ya era bastante malo que tuviese que lidiar con otro asesinato, como para encima bombardearle con esta última pieza de información. No estaba segura de cómo reaccionaría.
Cory asomó la cabeza por la puerta y entró en la habitación. “Uau, buenas noches a todos. No sabía que estaba todo el equipo.” Miró a Marie y sonrió, pero notó la preocupación en su rostro. “¿Todo bien? Creo que ya conocéis a John.”
Marie sonrió y dijo, “Hola, sí, sí lo conocemos. Muchas gracias por venir. Estamos todos desolados por este tercer asesinato.” Se levantó y comenzó a caminar por la sala mientras elegía cuidadosamente las palabras adecuadas para ponerles al día de la sesión. “Bueno, como podéis ver, queríamos informaros de lo que ha ocurrido para manteneros al tanto, pero también pensamos que ha llegado el momento de colaborar en el caso. No creemos que sea una coincidencia lo que nos han dicho los espíritus.”
Cory empezó a hablar pero John le interrumpió. “Perdone, Comisario, pero ¿se supone que ha habido espíritus comunicándose con Marie? ¿Y luego Marie, Myra y Gale hicieron una sesión espiritista esta noche y esos mismos espíritus las informaron de que Ellen Porter estaba en peligro?”
Marie ignoró su tono. “No, no han dicho específicamente que Ellen Porter estaba en peligro. Sólo han dicho Ellen.”
“Ah, claro, perdona. Lo siento, no quería sonar maleducado, pero todo esto me suena un poco a cuento. Nunca he creído en esas cosas, y me parece que el Comisario Miller tampoco.” John cogió un cupcake e ignoró el ceño fruncido de Mimi.
Cory se levantó y se apoyó en la mesa. “Espera un minuto, John, de hecho, soy algo más creyente de lo que piensas. Anoche ayudé a este grupo en su análisis de la biblioteca y los resultados que grabaron fueron fascinantes. Había voces y susurros, y libros volando de las estanterías, y linternas encendiéndose y apagándose sin explicación. No puedo ignorar sus resultados.” Sonrió y miró directamente a Marie. “Ahora, estabas diciéndome que vuestra sesión trajo a los mismos espíritus que han estado comunicándose contigo y te avisaron de que Ellen estaba en peligro?”
Gale respondió, “Sí. Y no fue producto de nuestra imaginación. Myra estaba allí controlándolo todo. Nunca he vivido nada semejante. Era real.”
Cory avanzó y se sirvió una taza de café. “Bueno, en ese caso estoy de acuerdo en que es hora de que colaboréis con el caso.” Miró a John. “John, ve a la oficina y trae todos los archivos e informes forenses que tenemos de los dos primeros asesinatos.”
John miró pálidamente a Cory. “¿Me estás diciendo en serio que porque esta gente vio una panda de fantasmas y creen que han hablado con ellos vas a incluirlos en el caso?”
Cory bebió un trago de café y respondió en modo comisario. “Eso es exactamente lo que voy a hacer. Ahora, por favor, haz lo que te ordeno.” Se giró para mirar al grupo. “Tan sólo tengo unas notas del médico forense sobre el ahorcamiento de hoy, pero parece seguir el mismo patrón. En cuanto vuelva John con los archivos, los revisaremos juntos y quizá nuestra colaboración podrá prevenir un próximo asesinato.”
John se fue resoplando y dio un portazo al salir. Marie ignoró el numerito de John. No sabía si quería romper a llorar de alegría o sentarse en el regazo de Cory y darle un gran beso en los labios. Lo único que le importaba en ese momento es que tenía a alguien que realmente se preocupaba por ella y a quien le daba igual que viese y hablase con espíritus. No necesitaba correr y esconderse más.
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El reflejo del sol naciente teñía de púrpura las esponjosas nubes y apenas podía ser visto a través de la pequeña ventana. Había tenido una larga noche, y estaba contento de haber conseguido los ángulos adecuados para las fotos de Ellen. Imprimió las fotos de su solo. Cantaba como un ángel. Qué diferentes eran sus ojos cuando ya no pudo cantar o respirar. Le pidió que cantara para él en privado, pero ella se negó. Qué triste. Aunque hizo muchos sonidos mágicos una vez la cuerda se apretó alrededor de su garganta. Sí, intentó cantar entonces, pero era demasiado tarde.
Pegó las fotos en la pared y observó de nuevo la vieja fotografía. “Si hubieses visto cómo luchaba Ellen. Habrías sido testigo de lo que te va a pasar a ti cuando te cuelgue.”
Se frotó el brazo y notó menos dolor en la herida ahora que estaba empezando a curarse. Había sido duro convencer al doctor Charleston para que le diera antibióticos sin examinarle el brazo. Pero al final aceptó. Sí, al final todos aceptan siempre.