Nueve

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Gale encendió la batidora y se puso a bailar al ritmo de Forever Man, de Eric Clapton, mientras su cortísimo vestido veraniego se balanceaba al ritmo de sus caderas. “Marie, me estoy quedando sin tequila. ¿Tienes más?”

Marie entró en la cocina con una mirada disgustada en la cara. “Estoy tratando de elegir el vestuario perfecto para esta noche. Y sí, hay algo de Cabo Wabo en el armario junto a la nevera.”

“Uau, ¿Cabo Wabo? Tienes unos gustos caros.” Encontró el tequila y lo vació en la batidora. “Sammy es absolutamente perfecto, ¿no crees?”

“¿Qué Sammy?” Marie jugueteó distraídamente con el lazo de sus pantalones cortos de color caqui y se recolocó el sujetador sin tirantes por la quinta vez.

Gale paró la batidora y miró fijamente a Marie. “¿Qué Sammy? ¿Estás de coña? Vale, definitivamente estás pensando demasiado en esta noche. Mira, sé que Cory va venir y que cree que eres maravillosa, bla, bla, bla. Pero olvidar quién es Sammy Hagar eso es...un pecado.”

Marie se detuvo de golpe cuando oyó que alguien llamaba a la puerta. “Es él.”

“Ni siquiera has abierto, ¿cómo sabes que es Cory?” Gale agarró a Marie por los hombros y la giró de modo que quedaron cara a cara. “Escucha, respira hondo y suelta el aire poco a poco. Todo va a salir bien. Necesitamos concentrarnos en nuestro análisis, de verdad, y, claro está, tomar algunos margaritas.”

Marie sonrió y relajó los hombros. “Tienes razón. Estoy bien. Tan sólo he tenido un pequeño ataque de pánico.”

Gale sirvió a Marie un margarita. “Ahora, vete a abrir la puerta antes de que quien quiera que sea piense que no hay nadie.” Dio un sorbo a la copa y se la entregó a Marie. “Por cierto, creo que es maravilloso que estéis avanzando. Hacéis buena pareja, ¿lo sabías?”

“Gracias, no sé qué haría sin ti.” Cogió la copa, dio un largo trago y la dejó en la mesa. “Uff, está buenísimo. ¿Sabes que Sammy Hagar hace ese tequila?” 

“Vale, ahora me estás empezando a cabrear. Acabo de decir eso. Es igual, vete a abrir la puerta mientras bajo las bebidas al garaje.” Empujó a Marie hacia la puerta con un golpe de cadera, recogió la bandeja y la jarra de margaritas y se dirigió al garaje.

Marie contuvo la respiración mientras caminaba hacia la puerta y vio a Myra vistiendo una chaqueta de punto de flores rosas sobre una falda de gasa morada. Al ver que no era Cory, soltó el aire y abrió la puerta. “Hola, Myra. Pasa. Podías haber ido directamente al garaje.”

Myra sonrió y le entregó dos piedras un poco puntiagudas de color gris azulado. “Lo sé, querida, pero quería darte dos de mis azuritas. Te ayudarán con tus sueños y con la adivinación. Hay una con una cadena que quiero que lleves alrededor del cuello, y la otra tienes que colocarla bajo tu almohada. Te ayudará por las noches mientras duermes.” Le entregó entonces una brillante piedra azul y gris, más lisa, y guiñó un ojo. “La chrysocolla es buena para promover relaciones amorosas.”

Marie abrazó a Myra. “Muchísimas gracias por tu ayuda. Si no os tuviera a ti y a Gale ayudándome con todo esto, no creo que consiguiera manejar mi habilidad. Ya estaba empezando a sentir que es una maldición” Colocó la azurita sobre su cuello. “¿Te ha dicho Gale que Cory vendrá esta noche?”

Myra ayudó con el broche. “Sí, por eso he traído la chrysocolla. Me imaginé que podríais usar tanta ayuda como fuera posible.”

Hubo otro golpe en la puerta. “Myra, ¿podrías llevar estos aperitivos al garaje, por favor? Gale ya ha mezclado los margaritas y está organizando el material para que empecemos directamente con el análisis.”

“Claro, querida. Tengo muchas ganas de oír ese susurro. Me preguntó qué más habremos captado. Fue una noche llena de experiencias personales.” Myra agarró la bandeja de los aperitivos y salió por la puerta trasera.

Marie se acercó a la puerta y abrió distraídamente. Cuando vio a Cory, su corazón dio un vuelco. “Cory, hola, pasa, pasa. Tendremos la reunión en el garaje.” No pudo evitar fijarse en lo bien que contrastaba su bronceado con el polo blanco que llevaba.

“Lo sé, tan solo quería verte un poco antes de meternos en este follón. Quería explicarte que habrá algunos detalles que no me está permitido mencionar debido a la confidencialidad del caso.” La siguió hacia la cocina y en dirección a la puerta trasera.

Marie se dio la vuelta. “Lo sé, y quiero que se lo digas a todos antes de empezar. Mira, no quiero que comprometas nada por este caso. Sé que este es un nuevo territorio para ti y el hecho de que estés aquí, dispuesto a hablar de cosas paranormales, me sorprende. Me gusta que seas abierto de mente y que colabores con nosotros, pero también respeto tu postura y lo que sea que tengas que hacer para seguirle la pista a ese maníaco.” Se inclinó y le besó en la mejilla. “Ahora, unámonos al resto y veamos qué podemos descubrir sobre la biblioteca.”

Bajaron las escaleras y se unieron a los demás alrededor de los aperitivos y los margaritas. Marie se acercó a la mesa donde se encontraban los ordenadores y todo el material listo para ser analizado. Esperó a que todos se hubieran callado y decidió empezar el análisis, explicando por qué Cory estaba allí.

“Hola a todos, pensé que sería una buena idea hablar un poco antes de hacer grupos y trabajar en el análisis.” Marie cogió unos cuantos cacahuetes y se los metió en la boca. “Antes que nada, quiero que le deis la bienvenida al Comisario Cory Miller, que está aquí con nosotros esta noche porque tenemos alguna información que compartir con vosotros y también para explicaros por qué puede que colaboremos con la policía en los recientes asesinatos que han tenido lugar en Sullivan’s Island.”

Cory sonrió y se colocó junto a Marie. “Buenas noches. Gracias por permitir que me una hoy a vosotros.”

“Ahora, como todos sabéis, he estado recibiendo visitas, por así decirlo, de algunos espíritus durante los últimos meses.” Marie cambió el peso de una pierna a otra y dio un sorbo a su margarita. “Estaba bastante asustada de esta habilidad cuando era más joven y bastante contenta de haberla eliminado de mi vida. Pero, por alguna razón, ha vuelto a aparecer, y Myra me ha estado ayudando a controlarla.”

Marie les explicó todo acerca de su meditación y lo que había descubierto de los espíritus con respecto a la existencia de un asesino en serie en la isla. “Después de contarle al Comisario Miller todo esto, se sorprendió bastante porque aparentemente, según el informe forense hay información relacionada entre los asesinatos de Swail y Lang, lo cual podría indicar que se trata de un asesino en serie.” Miró a Cory. “Comisario, tienes ahora la palabra, y luego podremos comenzar con nuestro análisis.”

Cory asintió. “Gracias, y, por favor, llámame Cory. No hace falta andarnos con formalidades. Como Marie ha afirmado, estaba muy sorprendido, primero, cuando me enteré de su habilidad, y segundo, por de las similitudes entre el mundo paranormal y estos asesinatos. No negaré que era un poco escéptico acerca de eso de ver y hablar con espíritus, y tampoco estaba muy seguro de lo que este grupo representaba. Pero he investigado un poco sobre el tema y, claro, después de hablar con Marie estoy empezando a ser algo menos escéptico.”

“¿Puede decirnos algo del informe forense?” Mimi sonrió y jugueteó con los botones de su camisa, que se tensó para permanecer en su lugar.

Cory agarró una silla y se sentó. “Puedo deciros que las fibras encontradas en el cuello de Chelsea coinciden con las fibras de la soga usada para ahorcar a Christy. No se trata de una cuerda o soga normal. Los forenses han determinado que es el tipo de cuerda usada para amarrar barcos o anclas. La razón por la que este dato es curioso es porque es uno de los tipos de cuerda más caros, fabricada a partir de fibras naturales u orgánicas. La soga usada para colgar a Chelsea y Christy estaba formada de cáñamo y algodón.”

Jim tosió y enrolló las mangas de su camisa de cuadros. “Esas cuerdas se usan bastante en la marina. ¿Cómo puedes ligar ambos asesinatos solo a partir de eso?”

“En realidad, ese tipo de cuerda ya apenas se usa porque es tan fuerte como las sintéticas. No es resistente a la putrefacción y el moho y presenta poca resistencia a los químicos. Así que no, ya no se usa tanto.” Cory se levantó y empezó a dar vueltas por la sala, hábito que tenía cuando estaba pensando en un caso. “Las otras similitudes son que ambas mujeres tenían el pelo largo y rubio, eran de una edad parecida, estaban en buena forma física y eran mujeres trabajadoras.”

Tim estiró sus largos brazos por detrás de su cabeza y se reclinó, en equilibrio sobre dos patas de la silla. “¿Bueno, y cómo podemos nosotros ayudar?”

“Bien, me gustaría ver vuestro análisis sobre la biblioteca. En concreto el susurro dirigido a Marie acerca de salvar a Christy. Sé que le resté importancia la otra mañana, pero es muy posible que pueda haber alguna relación.”

Harry se rió con sorna, se quitó el sudor de la frente y se aflojó un poco la corbata. “No dudo de la habilidad de Marie para ver y hablar con los espíritus. Pero me inclino a discrepar sobre la correlación entre el susurro y los asesinatos. ¿Podemos entrar en materia y empezar a revisar lo que grabamos en la biblioteca?  Estamos perdiendo el tiempo y creo que deberíamos empezar inmediatamente.”

Gale se levantó y lanzó una mirada asesina a Harry. “Mira, no empieces con tu escepticismo y tu supuesta superioridad sobre todos nosotros. Empezaremos con el análisis cuando estemos preparados.”

Marie levantó la mano y se acercó a Gale. “De acuerdo, creo que ya hemos puesto a todo el mundo al corriente. Cory me dijo antes que hay algunas cosas que no le está permitido compartir con nosotros en relación al caso, por motivos obvios. Así que propongo dividirnos en grupos y empezar a revisarlo todo.” Marie empezó a mover sillas hacia los diferentes ordenadores. “Gale, Myra y yo, junto con Cory, revisaremos juntos el puesto uno. Harry y Tim, ¿por qué no revisáis el puesto dos, junto con la caja de espíritus? Jim y Mimi, ¿puesto tres? Ahora todos tenemos psicofonías y cámaras para revisar. Aseguraros de marcar cualquier cosa vista u oída en los registros de vuestros puestos. No os saltéis nada, y si necesitáis que cualquiera de nosotros revea algo, dad una voz. Recogimos un montón de información, pero creo que podremos revisar todos los datos estando divididos en grupos.”

Pasaron las siguientes cuatro horas y media revisando, rastreando y analizando diferentes psicofonías, posibles anomalías, desacreditando cosas que tenían una explicación plausible. El grupo estuvo de acuerdo en que el susurro al oído de Marie decía, de hecho, salvad a Christy, y había definitivamente algo en la sección infantil con Myra, Gale y Marie encendiendo y apagando la linterna LED siguiendo preguntas específicas. En términos generales, la investigación fue un gran éxito y ellos estaban encantados con los resultados y listos para reunirse con Jeri y revelar todo lo que habían descubierto.

La observa cerrar el banco y meterse en su Mercedes Benz convertible. Sabe que pretende asistir al coro de la iglesia, como hace todos los sábados por la noche. Qué talento tiene para cantar. Se pregunta por qué se saltó la clase de aerobic la semana pasada. Nunca falta. Quizá no se sentía bien. Quizá debería darle un jarabe para la tos, para asegurarse de que puede cantar en el concierto del coro que tendrá lugar en el escenario del parque mañana por la noche. Va a ser algo grande. Se asegurará de estar en primera fila para no perderse su solo.

Se frota el brazo y decide que necesita cambiar el vendaje. Qué mala suerte tuvo al haber sido mordido por Christy. Cometió unos pocos errores aquella vez. Debió haberla contenido mejor. Lo planeará mejor para la próxima.

Mientras escucha ensayar al coro apoya la cabeza hacia atrás sonriendo, y mueve la cabeza al ritmo de la música. “Sí, creo que serás música para mis oídos. Quizá te pida que repitas tu solo sólo para mí.”