Dieciocho

Marie sonrió, les tomó de la mano y empezó a caminar con ellos. Todo el dolor desapareció, y se sintió ligera y libre de preocupaciones. “¿Dónde estamos? ¿Quiénes sois? ¿A dónde estamos yendo?”

“No vamos a ningún lado, Marie. No estás preparada.” La mujer sonrió y continuó guiándola de la mano a través de la neblina.

“Ahora me resultáis familiares. Tenéis un rostro. ¿Dónde os he visto antes?”

La mujer respondió, “Somos tus ángeles de la guarda. Hemos sido enviados para vigilarte. Vamos a ayudarte a volver cuando estés preparada. Tienes mucho por hacer.”

“Pero estoy muerta. Sentí la silla caer y todo se volvió negro.”

“No, no estás muerta.” Guiaron a Marie hacia una gran puerta dorada. “Es la hora, Marie; todos están esperándote.”

“Esperad, ¿cuándo os volveré a ver?” Marie empezó a sollozar.

La mujer rozó ligeramente la mejilla de Marie con la mano, y las lágrimas se convirtieron en diamantes. “Siempre estaremos contigo, Marie. Lo único que tienes que hacer es llamarnos. Tienes un don para ayudar a la gente; no tengas miedo de usarlo. Serás requerida en el futuro para ayudar a muchos otros. Sé sabia y cautelosa, y cuando te sientas perdida o confusa, nosotros te ayudaremos a guiarte en la dirección correcta.”

Marie dejó que la guiaran a través de la puerta, vio una increíble luz brillante y empezó a oír voces. Reconoció la voz de Gale y abrió los ojos. “Hey, habláis un montón.”

Gale se levantó de la silla del hospital y corrió para abrazar a Marie. “Oh, Dios mío, has salido de esta. Estás bien. Tim, rápido, llama a Cory.”

“Gale, ¿dónde estoy? ¿Estoy en un hospital? ¿Cuánto tiempo llevo aquí?”

“Has estado en coma dos días. Estábamos todos muy preocupados. Pensamos que no habíamos llegado a tiempo.” Gale se limpió rápidamente las lágrimas de la cara.

“¿Solo dos días? Ha parecido una eternidad. No te vas a creer dónde estaba. En realidad, no tengo ni idea de dónde estaba.” Marie notó la vía en su mano. “Gale, les vi. Vi a la mujer y al niño, y la mujer tenía cara. Dijeron que son mis ángeles de la guarda, y que siempre van a estar cerca para protegerme. Y dijeron que mi don va a ayudar a mucha gente en el futuro.”

“Uau, frena un poco, mujer, vas a mil por hora. Sé que mucha gente ha tenido experiencias extracorpóreas, ¿estás segura de lo que viste y oíste?”

“Sí, en cuanto John...oh, no, John, ahora lo recuerdo todo.” Marie cerró los ojos. “Gale, ¿qué le ha pasado? ¿Qué me pasó a mí? Sentí que golpeaba la silla de debajo mía, y todo se volvió negro. Ahí es cuando les vi, a la mujer y al niño. Me tendieron la mano.” Marie se dio cuenta de que estaba teniendo un ataque de pánico y los números de la presión sanguínea empezaron a dispararse en el monitor.

Gale acarició suavemente el brazo de Marie. “Calma, se acabó todo, estás bien. Estás aquí y ahora, sana y salva.” Gale miró el monitor y vio cómo los números decrecían. “De acuerdo, escucha, esto va a parecerte una locura, pero estábamos todos esperándote en casa de Myra para hacer la sesión. Myra tuvo una rápida visión de la mujer y del niño, que le dijeron que estabas en peligro y que el asesino te tenía. Tim y yo fuimos inmediatamente a tu casa, y vimos tu bolso en el suelo, como si hubiese habido un forcejeo.”

“Sí, ahora me acuerdo. Recuerdo que Cory se fue y me dijo que el Sargento McDowell había llegado y que le haría saber que yo iba a ir a casa de Myra.”

“Sí, bueno, al principio fue McDowell, pero John llegó una vez Cory se hubo marchado y le dijo a McDoweel que tenía una emergencia familiar y que debía ir a recoger a su esposa a la estación.” Gale se reclinó en la silla. “Cuando salimos de tu casa, Myra llamó a la policía y yo le dejé un mensaje a Cory pidiendole que se nos uniese en casa de Myra. Se había ido a recoger el informe forense del ADN encontrado en las colillas.”

“Así es, quería recogerlo personalmente porque había desaparecido.”

“Desapareció convenientemente porque John leyó el informe y vio que su ADN podría ser descubierto, así que lo destruyó. Cuando Cory llegó a casa de Myra, le hablamos de la mujer y del niño y de que el asesino te tenía, así que fue a comisaría para preguntar a McDowell si había pasado algo sospechoso. Ahí fue cuando descubrió que John le había relevado contándole la historia sobre la emergencia.”

Marie se recolocó lentamente en la cama y sintió un dolor punzante en la cabeza. “Fue entonces cuando John entró por detrás y me dejó inconsciente. Gale, era Davey McGee, de mi ciudad natal. Quería vengarse porque se pensaba que le mentí acerca del espíritu de su madre.”

“Eso no es todo. Marie, era un completo psicópata. Se le buscaba en tres estados. Las mujeres que ahorcó aquí, en Sullivan's Island, no eran las únicas personas que asesión.”

“Lo sé, vi fotografías de otras mujeres a las que no reconocí y la de un hombre. ¿Cómo pude crearle un trauma tan grande como para querer hacer algo así?” Marie se frotó la cabeza.

Gale negó con la cabeza. “No lo hiciste, fue su padre. Marie, estuvo en hospitales mentales cuando era niño. Su padre abusó mental y físicamente de él y de su madre. Cory nos ha contado los informes médicos sobre él. Era un auténtico lunático. Tú simplemente eras su objetivo. Cuando te mudabas, él te seguía, y mientras planeaba su venganza contra ti, fue practicando con otros ahorcamientos.”

Marie se tocó distraída el cuello y notó el vendaje. “¿Esto va a dejar cicatriz?”

Gale se echó hacia delante y limpió las lágrimas del rostro de Marie con un pañuelo. “No, no lo hará. Le pregunté lo mismo al doctor. Quiero decir, no estás tan guapa con cuello alto.”

Marie echó a reír. “Lo sé, ¿cierto?”

En ese momento la puerta se abrió y Cory entró corriendo y se colocó junto a Marie. “Uau, menudas vistas.” Se inclinó y la besó suavemente en los labios.

“Puedes besarme más fuerte, no me voy a romper.” Marie sonrió y se hundió en sus hermosos ojos castaños.

“Estas son posiblemente las mejores noticias que pudiera haber recibido. ¿Cómo te sientes?” Cory se sentó a un lado de la cama.

“Mi cabeza está a punto de estallar, y me duele un poco la garganta.”

“El médico dijo que tendrás bastante dolor de cabeza durante un tiempo.” Cory le tocó suavemente el hombro.

“Hey, esperad un minuto, acabo de caer...” Marie miró a Cory, y luego a Gale. “¿Cómo sabíais dónde estaba?”

Cory miró lentamente a Gale y de nuevo a Marie. “Bueno, el SPSI te localizó. Después de descubrir en la comisaría que probablemente era John quien te tenía, empecé una búsqueda. Mientras esperaba, Gale me llamó y me dijo que la mujer y el niño se les aparecieron durante la sesión y te localizaron en el astillero. Llegamos justo a tiempo. Según los paramédicos, tan sólo habías estado colgada unos minutos.”

Marie suspiró y cerró los ojos. “Intenté entretenerle todo cuanto pude. Yo también vi a la mujer y al niño. Vinieron a mí cuando me puso en la silla. Tan sólo conseguí entender las palabras ayuda y sesión, pero supe lo que intentaban hacer. Así que le pregunté a John dónde estábamos. Cuando me dijo que en el astillero de la marina, me puse a rezar para que os transmitieran la información a tiempo.”

Gale soltó una risita. “Bueno, lo hicieron, y no creo haber visto nunca un grupo de gente conduciendo tan rápido como nosotros.”

Todos oyeron el golpe en la puerta y Marie dijo, “Entra.”

La puerta se abrió y Tim asomó la cabeza y miró a Cory. “Estamos todos aquí, y recogí lo que me pediste.”

Cory se levantó, se dirigió hacia Tim y se apoyó en la puerta. “Genial, yo lo cojo. Pasad todos.”

Marie vio a Cory darse la vuelta, llevando en los brazos  un Labrador retriever de color chocolate. “Oh, Cory, es absolutamente adorable.” Alzó las manos para sujetar al cachorro y rió cuando este comenzó a lamerle la cara.

“Todos pensamos que ya era hora de que tuvieses tu propio animal, y pensé que también sería una buena protección. Esperaba que tuvieses espacio en tu vida para el cachorro...y para mí.” Cory intentó evitar que el perro golpeara la jarra de agua del carrito.

Marie alzó la vista y vio el equipo entero del SPSI en la habitación. Sonrió a Myra y se le saltaron las lágrimas. “Uau, me alegro tanto de veros. Quiero agradeceros a todos vuestra ayuda para encontrarme. Me habéis salvado la vida.” Se giró hacia Cory. “Por supuesto que tengo espacio en mi vida para ti y para el cachorro.”

Myra sonrió y se agachó para acariciar al perro. “Deberías haber visto a Cory derribando a John. Fue como si tu caballero de brillante armadura acudiese a tu rescate.”

“Yo no diría que fue para tanto, pero gracias.” Cory sonrió.

Harry se adelantó para hablar con Marie. “Recibimos otra llamada para una investigación. Nos han pedido que investiguemos la casa de Phoebe Johnson, al otro lado de a ciudad. Ha estado oyendo ruidos raros en el sótano.”

“Sí, pero le dijimos que no tomaríamos ninguna decisión hasta que estuvieses bien. No somos un equipo sin ti.” Mimi sonrió y acarició al cachorro.

Marie abrazó al perro. “Gracias por todo.” Miró a Cory. “Hacemos un muy buen equipo. Y no me refiero solo a lo paranormal. Consiguieron encontrarme y poner a un lunático entre rejas. Quiero decir, le buscaban en tres estados. Te ayudamos a resolver el crimen.”

Cory se giró para mirar al grupo, y de nuevo a Marie. “No nos dejemos llevar, vayamos paso a paso, ¿vale? Ahora tenemos que hacer que salgas de este hospital y estés de nuevo dando guerra.”

Gale se levantó. “Ah, por cierto, llamé a tus padres en cuanto llegaste al hospital. Están de camino, les dije que fuesen al hotel a descansar un poco, tu madre estaba agotada.”

“Uf, no sé muy bien cómo voy a explicarles todo esto.”

Cory se sentó en la cama. “No tienes que hacerlo; ya les he contado toda la historia. Creo que al principio estaban en shock, pero supongo que todo es cuestión de tiempo. Además, eras tú quien decía que había que decir la verdad y que no ibas a esconder más tu habilidad, ¿no es así?”

“Sí, tienes razón. Si alguien tiene que entenderlo, son ellos.”

“Bien. Tampoco estás sola, me tienes a mí aquí para ayudarme a explicarlo todo.” Cory miró a Myra y Gale. “Y, claro está, a todos tus amigos.”

Marie sonrió a todos y le dio otro beso a Cory. Descansó la cabeza sobre la almohada y dejó que el cachorro la olfateara y le lamiera la cara. ¿Cómo habría ella imaginado que su habilidad ayudaría a poner a un asesino entre rejas, establecer unas amistades tan próximas, y traer un hombre en su vida? Si lo que sus ángeles de la guarda decían era cierto, e iba a ayudar a mucha gente en el futuro, quién era ella para cuestionarlo. Quién sabe, quizá podría ayudar a resolver crímenes futuros; o quizá antiguos casos sin resolver. Pasase lo que pasase, lo recibiría con la mente abierta, y nunca intentaría reprimir de nuevo su habilidad.