Necesitaba limpiarse y vendarse el brazo pero decidió sentarse primero en la silla y reflexionar sobre su obra maestra mientras observa la fotografía de 1996. “Es hora de que nos encontremos de nuevo. Tendré un lugar especial para colgarte.” Se reclinó en la silla y empezó a reír.Siete
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Marie acababa de dormirse cuando oyó que alguien llamaba a la puerta. Abrió los ojos lentamente y vio que tan sólo eran las siete y media. “Joder, ¿y ahora quién es?”
Gale soltó una risita desde el dormitorio de invitados. “Marie, ¿quién es? Abre tú, Tim y yo no estamos disponibles en este momento.”
Marie se levantó de la cama y suspiró. “Demasiada información.” Fue hacia el porche delantero y vio a Cory a través de la ventana, esperando en la puerta con su uniforme, tan apuesto como siempre. “Oh, mierda, es Cory. Me había olvidado por completo del desayuno. Ni siquiera estoy preparada.” Abrió la puerta y sonrió. “Hola, perdona mi apariencia.”
Cory se quitó la gorra y sonrió. “¿Puedo pasar? He visto el coche de Gale y Tim, no sabía que tuvieses una fiesta de pijamas.”
Marie rió y se frotó los ojos. “No, no, no es una fiesta de pijamas. Anoche tuvimos nuestra primera investigación en la biblioteca y hemos estado toda la noche despiertos. Tim nos contó lo de la chica que encontraron en la isla de Palms. Supuse que tendrías que cancelar nuestro desayuno.”
Cory se sentó en una silla de la cocina. “Podemos posponerlo. Estoy bastante cansado, la verdad.”
Marie le vio observando el material de la investigación que estaba esparcido por la mesa. “Eso depende de ti. Puedo darme una ducha rápida y decidimos a dónde ir.”
Gale salió de la habitación de invitados con una sonrisa de oreja a oreja y el pelo recogido en una coleta. “¿Por qué no hacemos aquí el desayuno? Se apretó el cinturón alrededor de su túnica. “No tiene mucho sentido salir ahora. Marie, ¿tienes algo para desayunar?”
“Supongo que sí, pero si Cory está muy cansado...”
Cory le cogió de la mano. “No, estaría bien. Soy un experto en preparar huevos revueltos.”
“Genial, pondré otra cafetera. Marie, ¿por qué no haces tus famosas tortitas de alforfón y arándanos?” Gale abrió la nevera. “¿Tienes zumo de naranja?”
“Sí, está atrás.” Marie vio a Tim entrar en la cocina. “Hola Tim, ¿te nos unes?”
Tim agarró a Gale por la cintura. “Claro, se me da muy bien freír bacon.”
Las dos parejas se entrecruzaban en la cocina preparando un desayuno para campeones sin llegar a chocarse. Bromearon, rieron y hablaron de cosas triviales hasta que estuvieron sentados en la mesa del porche delantero. El sol brillaba a través de las persianas de las plantaciones y proyectaba manchas de luz a través de la jarra de cristal que contenía el zumo de naranja.
Estaban a mitad del desayuno cuando Gale se aclaró la garganta. “Cory, ¿te ha hablado Marie sobre la psicofonía que oímos durante la investigación en la biblioteca?”
Cory lanzó una mirada a Marie. “No, tan solo mencionó que tuvisteis vuestra primera investigación.”
“Bueno, fue bastante inquietante. Gale bebió un trago de zumo de naranja. “Tim parecía que iba a desmayarse cuando la oyó.”
Tim miró tímidamente a Cory y mordió un trozo de pan tostado. “Yo no diría que fue para tanto, pero sí fue bastante extraño.”
Gale casi se atraganta con la tortita. “¿Extraño? ¿Estás de coña? Cory, Marie oyó un susurro en su oído en la sección infantil de la biblioteca y cuando reproducimos la psicofonía del revés decía salvad a Christy. ¿No te parece un poco raro, considerando que el nombre de la chica que encontraron anoche era Christy Lang? Venga, hombre. Es demasiada coincidencia. Marie, ¿no estás de acuerdo?”
Marie le devolvió la mirada a Gale. “Sí, me parece que es bastante coincidencia. Pero no creo que Cory quiera estar oyendo todo esto.” Marie cogió su plato y se levantó de la mesa. “Gale, ¿me ayudas a freír un poco más de bacon?”
Cory miró fijamente a Marie. “No, no me importa, de verdad. Sin embargo, dudo mucho que lo que oísteis en la psicofonía tenga algo que ver con el asesinato de Christy Lang.”
Gale estaba a punto de decir algo cuando Marie la agarró y la arrastró a la cocina. “¿Puedes parar? Mira, esto ya es un tema delicado entre Cory yo, no necesito bombardearle con detalles de nuestra investigación. Ni siquiera sabemos si tiene algo que ver con su asesinato. Cambiemos de tema, ¿vale? Tenemos que acabar de revisarlo todo y enseñárselo al resto. Además, me gustaría que viniese Myra tan pronto como pueda para que nos eche una mano.”
Gale puso más bacon en la fuente. “Vale, lo siento. Estaba muy emocionada, eso es todo.”
Cory entró en la cocina. “Oye, de verdad me tengo que ir. Odio marcharme tan pronto pero tengo montones de papeles que rellenar sobre esto. Además, confío en tener el informe forense final antes de que termine el día.”
Marie esperó a que Gale saliera de la cocina y se apoyó en la encimera. “Vale, está bien. Lo entiendo perfectamente. Perdona por todo el tema de las psicofonías, sé que no es tu rollo.”
Cory se acercó y se apoyó en la encimera junto a ella. “No pasa nada. Creo que estamos todos bastante groguis después de la noche que hemos tenido. ¿Qué te parece si te llamo cuando las cosas se calmen un poco?”
“Sería perfecto.” Empezó a decir algo cuando Cory se inclinó y la besó en los labios. “Uau, eso ha estado bien. He olvidado lo que iba a decir.”
“Bien, me alegra haberte distraído.” La cogió de la mano y la llevó hacia el porche delantero, despidiéndose de Gale y Tim con la mano. “Ha sido un gran desayuno, tenemos que repetir. Estoy seguro de que os veré a ambas por la ciudad.” Se inclinó y besó a Marie en la mejilla. “Te llamo esta noche.” Cogió su chaqueta y la gorra y se marchó.
Gale soltó un silbido. “Qué monos.”
Marie le hizo un gesto con la mano. “Parece que seguimos con los comentarios inteligentes. Por cierto, ese ha sido el último, Gale.”
Tim se levantó. “Marie, ¿necesitas ayuda con los platos?”
“No, podéis iros. Creo que voy de cabeza a la cama, a ver si duermo algo. Gale, llámame luego para quedar con Myra. Tendremos que juntar también al resto del equipo para analizar los datos.”
Gale le dio un abrazo a Marie. “Claro, parece un buen plan. Y, oye, no te preocupes por Cory, volverá. Tim y yo somos buenos rompiendo barreras.”
Marie rió, “Oh, eso no lo dudo.”
Tim se puso los zapatos mientras Gale se cambiaba de ropa. Marie les despidió con la mano mientras cada uno se alejaba en su respectivo coche. Estaba segura de que se dirigían a la casa de uno de los dos para continuar con lo que fueron interrumpidos antes. La idea le dio un vuelco al corazón. Se alegraba por Gale y Tim, pero estaba algo celosa de no haber llegado ahí con Cory. Empezaba a preguntarse si tenían alguna cosa en común.
Dejó los platos donde estaban y se dirigió al dormitorio. De nuevo, estos pensamientos podían esperar hasta que hubiese dormido un poco. Tenía la mente nublada con demasiadas cosas mientras se lanzaba boca abajo a la cama. Colocó la almohada bajo su cabeza y dejó que el sueño se apoderara de ella.
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Marie se sentó en el diván del estudio de Myra y respiró hondo. La habitación olía a salvia y especias y estaba decorada al estilo victoriano, con oscuros revestimientos de madera colocados en la parte baja de las paredes y un papel de pared de flores. Las sillas victorianas estaban tapizadas en terciopelo rojo oscuro, a juego con las cortinas de terciopelo de color rojo borgoña que colgaban hasta el suelo. La habitación parecía un desastre muy bien organizado.
Myra cubrió a Marie con una manta de lana y puso un CD con sonidos de lluvia y suaves tormentas. “Ahora, Marie, como te dije antes, quiero que declares en voz alta tu intención de meditar sobre los espíritus que están tratando de comunicarse contigo. Relájate, respira hondo y deja la mente en blanco. Puede que esté llena de cosas del día a día, no pasa nada. No luches contra esos pensamientos, deja que aparezcan. Acabará por vaciarse. Sentirás que tu cuerpo se relaja y cae en un estado casi hipnótico, puede que incluso sientas un cosquilleo. Si algo te viene a la mente, lo que sea, dilo en alto, tendré la grabadora encendida.”
Marie sonrió y cerró los ojos. “Creo que estoy lista.”
“Bien. Gale y yo estaremos en el salón. Grita si nos necesitas, ¿de acuerdo?”
Marie asintió, respiró profundamente y declaró sus intenciones. Su mente estaba abarrotada de todo tipo de pensamientos. Pensó en Cory y en lo indiferente que se mostraba sobre su habilidad. Se acordó de la reacción de sus padres cuando comenzó a ver espíritus siendo niña y empezó a dejarse llevar por una calma rítmica. En pocos minutos fue capaz de ver al niño y a la mujer con los ojos cerrados, y comprender lo que decían. Estaba teniendo una conversación cuando un fuerte ruido exterior la despertó.
Marie estaba tumbada helada de frío en el diván. “Gale, Myra, ¿podéis venir, por favor?”
Gale entró en la habitación. “Myra está al teléfono. ¿Estás bien? Estabas venga a divagar pero no conseguíamos oír a través de la puerta.” Se acercó a la grabadora. “Deja que apague esto. Deberíamos esperar a Myra antes de reproducirlo.”
Marie se sentó y se frotó los ojos. “Gale, fue escalofriante. Me remonté a cuando era pequeña, recordando la reacción de mis padres ante mi don. Y luego de repente vi al mismo niño pequeño y a la mujer que se me habían estado apareciendo.” Se levantó del sofá y empezó a caminar por la habitación. “Podía entenderles. Decían frases que no tenían ningún sentido para mí.”
Gale se acercó a ella y le frotó la espalda. “¿Por qué no esperamos hasta que venga Myra para escuchar la cinta y descubrir qué estaban diciendo? Tienes mal color, creo que deberías sentarte.”
“¿Cuánto tiempo he estado aquí?”
Gale miró el reloj. “Diría que unos buenos veinte minutos o así.”
Myra entró en la habitación. “¿Todo bien? Perdonad la interrupción, uno de mis clientes quería concertar una cita.” Se acercó a Marie. “¿Estás bien, querida? Gale y yo te oímos hablando. ¿Te ha ayudado en algo la meditación?”
Marie se recostó en el diván. “Sí, le estaba diciendo a Gale que he visto al niño y a la mujer, y esta vez he conseguido oírles claramente. Pero las cosas que decían no tenían ningún sentido.
Myra caminó hacia la grabadora. “Normalmente nunca lo tienen al principio. Pero yo puedo ayudarte a juntarlo todo, además, escuchar la grabación puede ayudarte a recordar la conversación con más claridad.”
Gale rebobinó la grabadora y todas ellas se sentaron para oírla. Antes de que hubiese terminado las tres mujeres estaban de pie y mirándose fijamente en shock.
Gale apagó la máquina y se apoyó en la silla. “No puedo creer lo que acabamos de oír. ¿Es posible que haya alguien aquí, en Sullivan’s Island, matando mujeres al azar?”
Marie se levantó y se acercó a la ventana. “Estos dos espíritus me han estado tratando de decir que hay un asesino en serie en Sullivan’s Island. Quiero decir, ¿es posible? ¿Lo oímos bien? ¿Son capaces de saber lo que está pasando y pueden transmitírnoslo?”
Myra respondió, “El tiempo no es lineal, sino más bien otra dimensión en el espacio, los espíritus saben cómo moverse en esta dimensión y, por tanto, son capaces de ver el futuro y el pasado. Los seres humanos, con bastante práctica, también pueden ver remotamente, o, incluso, proyectar de forma astral cualquier momento que quieran, aunque se necesita muchísima práctica. Mucha gente con la meditación puede entrever eventos importantes en sus vidas, pero conseguir controlar algo más que eso es muy difícil.”
Gale tiritó y se frotó los brazos. “¿Qué significan visión remota y proyección astral?
Myra se levantó y colocó una manta sobre los hombros de Gale. “Una visión remota es como una percepción extrasensorial, y una proyección astral es como una experiencia fuera del cuerpo. Yo he sido capaz de experimentar ambos, pero, como dije, se necesitan muchos años de práctica. Y considerando que tengo sesenta y dos, he tenido tiempo suficiente para ello.
Marie se giró hacia la ventana y miró al exterior. “Bueno, la conversación fue confusa y aún hay partes que no tienen sentido. Además, ¿quién iba a creerme? Imaginadme yendo a Cory y diciendo, ah, oye, hay un asesino en serie ahí fuera ahorcando mujeres.”
Gale se envolvió aún más con la manta. “Lo que no entiendo es por qué se están centrando en ti.”
Myra se levantó y caminó hasta donde estaba Marie. “Creo que necesitamos relajarnos e ir a la cocina a por un vaso de vino. Luego, el siguiente paso es reunir al equipo de la SPSI y analizar los materiales que obtuvimos en la biblioteca. Quiero oír ese susurro que decía salvad a Christy. Después de meditar y conocer cosas de esta naturaleza, necesito organizarme.”
Marie y Gale estuvieron de acuerdo, y las tres mujeres compartieron una botella de vino y trataron de concentrarse de nuevo en su investigación. Después de hacer unas cuantas llamadas de teléfono consiguieron reunir a todo el grupo al final de la semana para analizarlo todo. También acordaron mantener esta última información en secreto hasta que ocurriese algo que justificara que lo compartieran con alguien. Marie empezó a preguntarse si sería capaz de aprender a controlar esta habilidad. Recordaba cómo la gente solía decir que este tipo de habilidad era un don, pero para ella, por el momento, era una maldición.