Gale se apoyó en su coche. “¿Puedo quedarme a dormir en tu casa esta noche? Tim acaba de irse, ha recibido una llamada de emergencia. Marie, han encontrado el cuerpo de otra chica. Esta vez estaba colgando de un árbol cerca del puerto en la Isla de Palms.”Seis

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Marie se cubrió con las sábanas hasta la barbilla y escudriñó la oscuridad. “Gale, ¿estás despierta?”

“Dios, sí. No sé si seré capaz de dormir. No solo estoy nerviosa por la investigación sino que también estoy cagada por lo de la chica muerta. ¿Crees que están relacionados?”

Marie suspiró y se sentó. “No lo sé. Se supone que iba a desayunar mañana con Cory, o sea, hoy, pero tengo la sensación de que va a cancelarlo.”

Gale encendió la lámpara. “Oye, si te parece podemos revisar algunas de las pruebas que hemos conseguido. Me muero por saber qué fue aquel susurro en tu oído.”

Marie saltó de la cama. “Claro, por qué no. No nos viene bien obligarnos a dormir. Gee, teniendo en cuenta que son las tres de la mañana, ¿debería hacer café o abrir una botella de vino?”

Gale bostezó. “Bueno, normalmente me decantaría por el vino, pero probemos con café. En el estado en el que estoy probablemente no vaya a afectarme.”

Mientras se preparaba el café Gale empezó a sacar las cámaras digitales y las grabadoras. Marie comenzó a copiar las psicofonías y las fotos a su ordenador. Revisaron las experiencias personales y las ordenaron según los momentos y lugares de los vídeos.

Marie sirvió dos tazas de café.  “¿Has encontrado nuestra cinta?”

Gale estaba ocupada buscando entre los vídeos. “Aún no. Creo que necesito nuevos auriculares, los míos hacen ruidos raros.”

Marie puso el café en la mesa. “Toma, usa estos. Acabo de comprarlos.” Rápidamente localizó la cinta. “Espera, páralo. Esas somos nosotras en la sección infantil. Dejame conectar los auriculares mientras rebobinas el vídeo. Tenemos que juntarlos.”

Gale rebobinó lentamente hasta el momento exacto en el que el vídeo mostraba a Marie saltando y restregándose la oreja. “Aquí está. Vale, ¿preparada? Veámoslo de nuevo a ver si sacamos algo en claro.”

Mientras escuchaban y veían el vídeo, los ojos de Marie se abrieron de par en par y se quitó los auriculares de golpe, casi tirando el café. “¿Qué demonios fue eso? ¿Ha dicho lo que creo que ha dicho?”

Gale miraba fijamente la pantalla del ordenador. “Si has oído las palabras salvad a Christy, entonces sí, eso es exactamente lo que ha dicho.” Gale paró la cinta. “¿Quién diablos es Christy y por qué necesita que la salven? Mejor aún, ¿por qué te lo ha susurrado a ti al oído?”

Marie sopló lentamente el café y dio un sorbo. “No lo sé. Jesús, se me han puesto los pelos de punta. Espera que me ponga los auriculares, quiero escucharlo de nuevo.”

Marie rebobinó la cinta y escuchó de nuevo las palabras antes de quitarse los auriculares. “Déjame marcar esto en el cuaderno para saber desde dónde enseñárselo al resto del equipo. Ojalá Myra estuviese aquí. No mencionó ningún nombre. ¿Apuntó alguna cosa en el cuaderno?”

Gale empezó a revisar las anotaciones cuando un golpe en la puerta la sobresaltó. “¿Quién es?”

Marie dejó la taza de café en la mesa, se acercó a la puerta trasera y encendió la luz. “Es Tim.” Abrió la puerta. “Hola, pasa. ¿Qué haces aquí?”

Tim entró en la casa llevando una camiseta ajustada y vaqueros. Sonrió cuando vio a Gale. “Sabía que Gale estaría aquí y quería comprobar que ambas estabais bien.” Saludó a Gale con un beso. “¿Qué hacéis levantadas?”

Gale le cogió de la cintura. “No podíamos dormir. Estábamos demasiado asustadas por la llamada que recibiste y la investigación. Por cierto, tienes que escuchar esto, es el susurro que Marie oyó.”

Tim entró en el salón aún abrazado a Gale. “Huelo café. ¿Te importaría si tomo una taza?”

Marie sonrió. “Claro, ¿leche y azúcar?”

Tim se colocó detrás de Gale en el ordenador. “No, solo, por favor.” Volvió a mirar a Gale. “Bueno, ¿qué es eso que oísteis? ¿Conseguisteis descifrarlo?”

Gale cogió los auriculares y se los dio a Tim. “Ponte esto y lo rebobino.” Apuntó al tiempo de la pantalla. “Estate atento cuando ponga nueve cincuenta y siete y catorce segundos.”

Marie le entregó la taza de café. “Eso sí, asusta bastante. Veamos si tú escuchas lo mismo que nosotras.”

Tim se quedó mirando la pantalla con los auriculares puestos y esperó hasta el momento exacto de la psicofonía. Cuando oyó la voz casi tira el café. “No, no, esto no puede ser cierto. ¿Acaba de decir salvad a Christy?”

Gale se levantó y gritó. “¡Sí! Eso es justo lo que oímos. ¿Por qué estás tan pálido?”

Tim se quitó los auriculares y se sentó en la silla sin apartar la vista de la pantalla del ordenador. “Porque el nombre de la chica que encontraron ahorcada cerca del puerto esta noche era Christy Lang.”

El comisario Cory Miller se sentó y esperó a que Sue llegase al sótano de la morgue. Se alegraba de estar un rato solo, después del horrible espectáculo de emociones y gritos histéricos de la familia de Christy Lang. La hermana la reconoció inmediatamente y empezó a lamentarse aferrada a Cory. No podía quitarse de la cabeza la imagen de Christy, con el cuello partido y la cabeza colgando hacia atrás mientras la lengua sobresalía de su boca. Si se la veía de frente parecía que no tenía cabeza.

Sue atravesó las puertas de metal llevando la misma gorra de béisbol de la última vez. “Hola, Cory. Parece ser que nos encontramos de nuevo bajo terribles circunstancias.”

Cory se levantó del banco. “Hola, Sue. Estoy tratando de sacar la imagen de Christy de mi cabeza pero no está funcionando.”

Sue le siguió hasta la morgue y encendió el enorme halógeno situado encima de la mesa de metal donde descansaba el cuerpo de Christy, cubierto por una sábana. “No lo vas a conseguir en mucho tiempo.” Bajó la sábana hasta la cintura de Christy. “Ni siquiera estoy segura de que yo vaya a conseguirlo.”

Cory se estremeció y se dio la vuelta para no vomitar. “Uff, no bromeabas. Creo que se veía mejor desde lejos y a oscuras.” Sacó un pañuelo y se tapó la nariz y la boca. “Bueno, cuéntame.”

Sue se puso los guantes de látex y empezó a señalar las marcas alrededor de las muñecas y el cuello. “Obviamente la ataron de las muñecas. Según las marcas, creo que pudo haber sido atada con la misma soga con la que fue ahorcada. El agresor debe haberle soltado las manos antes de colgarla.”

Cory vio el tatuaje de una mariposa en la cintura de la víctima. “¿Es una coincidencia que esta chica también tenga un tatuaje?”

“No estoy segura. Podría ser algo para añadir al archivo.”

Cory preguntó, “¿Qué tipo de ahorcamiento puede haber causado una rotura semejante de cuello?”

Sue apartó el largo y rubio cabello de Christy de su cuello. “Es lo que se conoce como el ahorcamiento de caída larga. El método de caída larga fue diseñado para romper el cuello de la víctima permitiéndoles caer una distancia predeterminada y luego levantándoles con un fuerte tirón de cuerda. Al final de la caída, el cuerpo sigue acelerándose debido a la fuerza de la gravedad pero la cabeza está sujeta por el lazo. Si el ojal está posicionado por debajo del ángulo izquierdo de la mandíbula, gira la cabeza hacia atrás, lo que, combinado con el impulso hacia abajo del cuerpo, rompe el cuello y la médula espinal provocando una profunda inconsciencia instantánea y una muerte rápida. Solo es en los últimos centímetros de caída cuando el daño físico de cuello y de vértebras ocurre, a medida que la soga aprieta el cuello y la fuerza es aplicada a las vértebras. La duración de esta parte del proceso es de entre dos y tres décimas de segundo, dependiendo de la longitud de caída. Generalmente el diámetro del lazo puede reducirse entre cinco y siete pulgadas después de la caída.” Miró a Cory. “Este fue un ahorcamiento bien calculado. El asesino sabía lo que estaba haciendo. Estaba todo bien planeado y pensado.”

Cory se estremeció. “Sé que esto no cambia mucho las cosas, pero al menos fue rápido.”

Sue sacudió la cabeza. “No hay signos de abuso sexual, al igual que el caso de Chelsea. Ninguna de las chicas había sido violada y tampoco hay signos de ningún otro tipo de abuso.”

Cory colocó la sábana por encima de la cabeza de Christy. “Leeré el informe completo cuando hayas terminado. Me gustaría entregar el cuerpo a la familia cuanto antes. Necesitamos darnos prisa con el papeleo e intentar evitar la multitud de medios de comunicación que van a aparecer en su puerta y en las nuestras.”

Sue suspiró, “Veré qué puedo hacer. Mientras tanto, necesitas descansar. Tienes el mismo aspecto que tengo yo por dentro.”

Cory sonrió, “Sí, no estoy seguro de si conseguiré dormir ahora mismo. Ya son las cuatro de la mañana y se supone que he quedado para desayunar dentro de tres horas.”

Sue le acompañó fuera de la morgue y apagó las luces. “Considerando la cantidad de papeleo que tienes que rellenar, yo que tú lo cancelaría. ¿De verdad tienes ganas de comer después de ver todo eso?” 

Cory sacudió la cabeza y la siguió al exterior. “Cancelar no es una opción ahora mismo. El papeleo puede esperar hasta después del desayuno. Y no, comer puede que no sea una buena idea, pero vale la pena intentarlo por la señorita con la que voy.”

Sue sonrió. “Vale, buenas noches entonces, ¿o debería decir buenos días? Te enviaré el informe tan pronto como sea posible.”

Cory abrió la puerta del coche. “Gracias, te lo agradezco. Ten cuidado, y ya hablaremos más tarde.”

Esta vez no se había sentido tan bien como esperaba, y casi le pillan. A Christy le gustaba morder y necesitaba cuidar las marcas de mordisco que tenía en el antebrazo, no sin antes haber subido las imágenes digitales. El palpitante dolor hacía que resultara difícil abrir la puerta, provocando que se doblara de dolor cuando la cerradura cedió. Cuidadosamente encendió la luz y disfrutó de la vista de las paredes. Pronto podría añadir esas fotos a su colección. Insertó la tarjeta de memoria y abrió el archivo. Sus ojos brillaban cuando comenzó a imprimir las fotos de Christy atada y amordazada, con las lágrimas cayendo por su rostro. La barandilla del muelle tenía la altura perfecta para romperle el cuello al colgarla. Había tardado mucho tiempo en medir la distancia hasta donde el cuerpo golpearía el agua. Después de todo, no quería que sufriera.

Mientras pegaba las fotos recién impresas a la pared, las comparaba con un brillo en los ojos. “Christy era una luchadora, como tú. Casi hace que me pille, pero la contuve, al igual que te contendré a ti.”