Agradecimientos:
Espero que nadie lleve un control de tiempos o fechas, ya que hace varias entregas que no se respeta la línea temporal. Tanto la novela anterior como esta se sitúan en un mes de septiembre, a pesar de haber pasado cuatro meses entre ellas, llamadlo licencia literaria y seguid disfrutando —o no— de mis historias.
No quiero extenderme con los agradecimientos, ya en entregas anteriores he mencionado a cada amigo y colaborador sin cuya ayuda no sería posible haber llegado hasta aquí, así que me limitaré a hablar de esta última etapa de la saga, quedan dos entregas y ya imagináis que Livia adoptará el protagonismo que antes tuvieron Marcos y Cristina, aunque estos dos no vayan a desaparecer, ni mucho menos.
La idea siempre fue que cada novela fuese diferente, y no solo por la trama principal, el caso policial en cuestión, sino también por otros factores que provocasen una fresca brisa entre libro y libro a quienes leyeran la saga de forma continua. El sistema narrativo, las tramas, las subtramas de apoyo, los personajes, los escenarios… Todo cambia de una entrega a la siguiente para que la lectura se haga más interesante. O eso es lo que pretendo, al menos.
Espero que sigáis disfrutando de Amurao, además del resto de mis libros, durante muchos años más.