Scott discutía acaloradamente en la habitación del hotel donde se hospedaba con Brandon.
—¡Me parece increíble que hayas hecho algo así! ¿Cómo pudiste traicionar a papá?
—¿Dijiste que le dirías todo, no? ¡Hazlo de una vez y déjame en paz!
—Sabes que no haré tal cosa. Si lo hiciera papá se volvería loco. Eres mi hermano y no quiero meterte en problemas. ¡Ya saldremos de esta!
—¿Se supone que debo darte las gracias? —preguntó sarcástico.
—No seas soberbio. Sólo intento ayudarte, el lío en el que nos metiste a todos es grave.
—¿Le diste algún documento a Norman?
—Nada. Es sólo su palabra. Evidentemente me desligaré de todo si es que su defensa me llama como testigo.
—No lo hará. Lo acusaremos de difamación, quizá proceda el chantaje pero tenemos que demostrarlo. Dime ¿qué te prometió a cambio de las escrituras?
Brandon pensó que el desprestigio de su padre era más que suficiente sin embargo, no podía decirle la verdad a Scott. Tras meditarlo pensó que sería bueno decirle sus teorías acerca de que fue su padre quien mandó matar a su mamá.
—Sus promesas no fueron más que parte de un engaño. Creí que me ayudaría a esclarecer un hecho pero su interés iba más allá de eso. Me convenció de tal forma que creí perseguíamos la misma intención.
—Habla claro.
—Ya lo sabrás, a su debido tiempo.
—¿Cuándo Norman testifique en el juicio de Jack? —preguntó sarcástico.
Brandon comenzó a dar de vueltas nervioso por la habitación.
—¿Recuerdas el secuestro de mamá? ¡Claro que lo recuerdas, qué clase de hijo serías!
—¿Qué hay con eso? —preguntó serio.
—Norman sugirió que no había sido casualidad. Él dijo que mi padre lo había hecho.
—¿Secuestrarla? ¡Qué tontería!
—¡No! Yo hablo de... —hizo una larga pausa— Mandarla matar.
—No creerás en su palabra. Ese tipo no tiene escrúpulos, sería capaz de inventar cualquier cosa con tal de acabar con la reputación de alguien. Papá cometió el error de acostarse con Ana pero rectificó. Habló con mamá y se arreglaron las cosas.
—¡Claro! Por eso ella siguió en San Miguel y Ana trabajando en el bufete —replicó.
—No pudieron probar nada. Papá estaba de viaje cuando mamá murió.
—¿Y eso qué? Pudo mandar a uno de sus matones. A Rick por ejemplo.
—Él no es un matón, es solo el jefe de su escolta.
—Esta bien, ¿y que hay de Ana? ¿Por qué sigue en el bufete?
—Más allá de lo que pasó entre ellos debes saber que ella es muy competitiva. Conoce los manejos del bufete y hasta cierto punto es de confianza.
—¿Te consta que ya no tienen relación alguna?
—Me habría dado cuenta ya. Ella y yo pasamos mucho tiempo juntos, en ningún momento papá se ha acercado a ella para otro asunto que no sea trabajo.
—¡Ves como tú solapas esa relación!
—Lo que pasó entre ellos terminó hace tiempo. Nada más que un interés profesional los une. ¿Qué tan difícil te es entender eso?
—¡Tu no viviste de cerca todo lo que pasó! Desde que mamá se fue hasta que apareció muerta. La manera en la que discutían y los reclamos.
—Sé que tienes un profundo resentimiento en contra de papá por haber engañado a mamá pero por favor Brandon, papá no es un asesino. En cuanto a Norman, lo mandaré investigar, no quiero que me salgas con otra sorpresita.
—¿Mandarás a Rick? ¿Ahora se convirtió en tu matón?
—Simplemente le seguirá la pista a Norman.
—Espero tengas razón. A pesar del odio que ahora siento por él te confieso que no me gustaría verlo muerto.
—Nadie lo va a matar Brandon, no digas tonterías —hizo una breve pausa—. Necesito que me enseñes las escrituras.
—¿Desconfías de mí?
—Sólo quiero verificar que...
—¿Que te estoy diciendo la verdad?
—Sí.
—De acuerdo. Te las mostraré cuando regresemos a la capital.
Norman daba de vueltas en el cuarto del hotel en el que se hospedaba. Fumaba un cigarrillo a punto de consumirse. Eventualmente tomaba su copa de ron y nuevamente daba de vueltas.
Tomó su chamarra y salió a tomar un trago al bar. Se sentó en la barra, los noticieros hablaban de un nuevo proceso en su contra. De ser la parte acusadora pasó a ser un fugitivo. Sabía que Parker tenía el dinero y los contactos para hundir a quien fuera.
Mientras bebía su copa se sintió vigilado. Cayó en la cuenta que no era seguro estar fuera del hotel. Pagó la cuenta y regresó.
Antes de abrir la puerta escuchó el teléfono sonar. En vano giró la llave pues cuando contestó ya habían colgado.
Sintió una inmensa tensión, tomó el teléfono y llamó a Brandon. Cuando no contestó le dejó un buzón de voz.
"Hola soy Kyle. Escucha, necesito las escrituras como acordamos. Tu padre se involucró en el caso y eso me coloca en una situación riesgosa. Comunícate conmigo de inmediato por favor."
Alguien tocó su puerta. Se acercó al visillo y al no ver a nadie, ignoró el llamado pero nuevamente, el sonido de alguien golpeando la puerta lo hizo abrir.
—¡Lárgate de aquí! Si me haces algo todos sabrán que te mandó Parker. Hay cámaras en los pasillos.
—Ya arreglé el asunto de las cámaras —dijo Rick y entró a la habitación cerrando la puerta detrás de él—. Creí que el haber estado preso te había dado una lección. Ya veo que no fue suficiente.
—¡Y qué harás! ¿Darme un merecido? ¡Anda golpéame! A los miembros del jurado les agradará verme golpeado y vulnerable.
—¡No voy a golpearte! Serás tú quien acabe con todo esto.
Norman lo miró extrañado. Su visión comenzó a nublarse y se tambaleó. La puerta se abrió y otros dos sujetos entraron. Uno de ellos, el más alto, sujetó a Norman por atrás evitando que cayera al suelo.
Entre ambos llevaron a Norman al baño y lo colocaron junto a la tina mientras Rick preparaba una jeringa con heroína.
A penas podía mantener los ojos abiertos, veía todo borroso, estaba sudando frío.
—¡Qué me hiciste! —exclamó arrastrando la voz.
—Siempre debes revisar las bebidas que te sirven en lugares públicos como el hotel y en la calle. Claro que tú eres un alcohólico. Seguramente experimentaste los efectos de la droga y los confundiste con ansiedad y estrés por sentirte acorralado. ¡Eres un tonto Norman!
Las palabras de Rick retumbaban en la cabeza de Norman. El periodista estaba agitado. Sabía que él no se detendría esta vez sino hasta matarlo.
Colocó la jeringa en manos de Kyle, la sostuvo firmemente entre sus dedos índice y medio y suavemente fue empujando el embolo con su pulgar vaciando todo el contenido en su brazo izquierdo.
—¿Qué... es eso?
—Heroína... tendrás una muerte clásica. Sobredosis.
Rick lo dejó solo en el baño y abrió la llave del agua caliente de la tina. Mientras esta se llenaba, tiraron anfetaminas y regaron cocaína por la habitación. Norman convulsionó, su respiración se hizo cada vez más imperceptible.
Rick fue muy cauto a la hora de dejar huellas en la habitación, se aseguró de recrear la escena perfecta.
El vapor del agua caliente inundó el baño haciendo que Norman se relajara aún más. Cuando regresaron lo desnudaron y lo metieron a la bañera. Salieron del cuarto.
Norman se fue resbalando hasta ahogarse.
Irina platicaba en la cocina con el ama de llaves cuando el timbre sonó. Ella corrió a abrir la puerta, Jamie y Enrique la sorprendieron con su llegada.
—¡Rubia! —exclamó Jamie abrazándola efusivamente.
—Creí que era hora de un cambio de imagen.
—¡Te ves divina!
Enrique le dió un beso en la mejilla y entraron a la casa.
—Pasen, no podemos quedarnos afuera. Podría haber periodistas —Irina los condujo a la sala y todos se sentaron—. ¿Les ofrezco algo de tomar?
—No, estamos bien. ¿Cómo estás? —preguntó Jamie.
—Preocupada. Mi padre esta grave y ni siquiera lo sabíamos. En vez de descansar está trabajando.
—Quizá no esta tan mal como crees.
—Él es un hombre muy fuerte. De ninguna manera permitirá que lo veamos caer. Norman levantó una demanda en su contra. Aparentemente tiene pruebas sobre un fraude que cometió.
—¡Cielos Irina! Supongo lo defenderás en el juicio.
—No. Scott está aquí.
—¡Ese tío no se da por vencido! —replicó molesto Enrique quien se había mantenido callado hasta ese momento—. Estoy seguro que apareció sin que lo llamaran
—Cuando llegué a San Miguel ya había arreglado la situación legal de mi padre. Estoy más que agradecida con él.
—Debo reconocer que es muy inteligente. Sabe cómo meterse. Joshep está devastado por todo lo que ha pasado. Pero por lo visto lo has olvidado —dijo sarcásticamente Enrique.
—¡Este no es el momento de reclamos! Además, si a alguien tengo que darle explicaciones es a él, no a ti —replicó molesta.
—Lo lamento Irina. No debí entrometerme. Las dejaré hablar. Te espero afuera.
Enrique se levantó del sillón no sin antes darle un tímido beso en los labios a Jamie.
—¿Las cosas van serias entre ustedes?
—Irina, Enrique y yo nos vamos a casar.
—¡Qué! ¡Jamie! —la abrazó efusivamente—. ¡Felicidades! ¿Por qué? —reaccionó intrigada.
—Tengo... estoy embarazada —dijo melancólica.
—¡Cielos! Me haces muy feliz con esa noticia —dijo emocionada.
—Me gustaría que fueras mi madrina y Enrique quiere que Joshep...
—¡Joshep! No lo he llamado. Con tantas cosas que han pasado me olvidé de avisarle.
—No entiendo. Hasta hace unos meses lo amabas con locura, con entrega. ¿Qué pasó entonces?
—Tengo dudas respecto a él, a lo nuestro...
—¿Por qué? ¿Acaso no te ha dicho que te ama?
—Lo vi con Marion en el hospital. Ella salía de terapia junto con él. Le otorga más privilegios y consideraciones a ella de los que me da a mí.
—¿Olvidas que es enfermera?
—¡Y tú también justificas su presencia en la vida de Joshep!
—No lo tomes así. Habla con él, ¿quieres? Me pidió que te dijera que lo llames. Intentó hacerlo pero tu teléfono está apagado.
—Se me acabó la pila y no traje el cargador. Lo llamaré después. ¿Sabe lo de mi padre?
—Le comenté algo. Se preocupó, incluso quería venir con nosotros pero su padre sigue en terapia. Espero entiendas que no puede estar a tu lado ahora.
—Ay Jamie. Tengo que hablar con él respecto a su padre.
—¿Lo ayudarás a salir, cierto?
—Scott considera que no es conveniente.
—¡Qué importa él! ¿Qué piensas tú?
—No puedo sacarlo sin ayuda y ahora no es conveniente. Si mi padre se entera... no quiero pensar que podría pasarle.
—No puedo creerlo, sacrificas a su padre por el tuyo.
—No me pidas que escoja. Mi padre puede ser un monstruo pero a final de cuentas llevo su sangre, ya bastante daño le hice apelando la sentencia de Lucas.
—¡Y el daño que te hizo! ¿Lo olvidaste? Desde que estas con Scott te desconozco.
—¡No exageres! Él no tiene nada que ver. Sigo siendo la misma de siempre.
Jamie hizo una mueca, acarició su cabello e indirectamente le hizo notar que no era verdad lo que decía.
—Será mejor que me vaya. Anoche llegamos tan tarde que nos fue imposible hablar con Daniel y con mi madre.
Irina sonrió y acompañó a Jamie a la puerta. Regresó a casa y subió a cambiarse para ir a buscar a Scott.
Prendió el televisor mientras se arreglaba. Una escandalosa noticia la hizo detenerse y palidecer al borde del desmayo.
"El cuerpo ha sido identificado como Kyle Norman, al parecer se trató de una sobredosis..."