Irina comía una ensalada mientras revisaba el expediente de Lucas Duncan. Estaba tan concentrada que no se percató de la presencia de Joshep en la explanada. Llevaba unos lentes oscuros, el cabello suelto y mucho maquillaje para cubrir los razguños. Un traje sastre color gris oxford y unas zapatillas de charol de tacón grueso.
Él se acercó hasta quedar frente a ella. Levantó la mirada y no pudo evitar abrir la boca ante la sorpresa.
—Intenté buscarte anoche. ¿En dónde te escondiste?
—Creo que ésta plática sale sobrando —respondió cortante. Tomó sus cosas y se levantó—. No era necesario que vinieras. Por lo general a este tipo de audiencias no se les permite el acceso a los familiares.
—Necesitaba hablar contigo.
—Tu padre saldrá libre, despreocúpate. Nuestras diferencias en nada interfieren con el caso.
—Oye todo esto es un mal entendido. Entre Marion y yo no ha pasado nada. Lo que escuchaste fue tan solo una parte de la conversación que tenía con Enrique.
—Tu vida personal no es algo que me interese conocer. Ahora, si me disculpas será mejor que entre, al juez Johns no le gusta la impuntualidad.
Irina dejó a Joshep parado sin decir una palabra más. Estaba nerviosa y sin embargo su actitud había sido tan fría que él nunca imaginó lo mal que la ponía estar a su lado.
La revisión de la sentencia de Lucas era un proceso tedioso. En especial porque Johns estaba coludido con Parker para evitar que Duncan saliera. A pesar de las pruebas presentadas y los argumentos el juez no le otorgó si quiera una reducción de la condena.
Para Irina fue una total derrota no poder ayudar al padre de Joshep en especial después de todo lo que había pasado.
Volteó a ver a Lucas desolada antes que los guardias se lo llevaran e interceptó al juez.
—Revisamos a fondo los expedientes del acusado. No encontramos razones tangibles para reducir su condena. Como en un principio se dictó sentencia quedará establecido el mismo plazo. Quince años. Se levanta la sesión.
—¡Juez Johns! Sabe perfectamente que tengo argumentos válidos para hacer que mi cliente salga de prisión ahora mismo.
—¿Desea apelar mi decisión? Le garantizo señorita Brooks que el resultado será el mismo.
—¡No! No quiero apelar, quiero que esto se resuelva ahora mismo. ¡Es que no es justo!
—¿Usted me pide justicia? ¿Acaso no se trató de su madre? La mujer que éste hombre, su cliente, asesinó —Irina lo miró sin decir una palabra—. ¡No me haga acusarla de desacato abogada! Si me disculpa tengo otros asuntos que atender.
Johns salió de la sala dejando perpleja a la joven. Un hombre en la audiencia llamó su atención. Su rostro le pareció familiar pero hizo caso omiso. Él se acercó a ella.
—¿Valió la pena?
—¿Perdón?
—Te pregunto si valió la pena desgastarte en un proceso que no ibas a ganar. Seguramente este caso te generó una gran discusión con tu padre.
—¿Te conozco?
—Deberías investigar mejor a las personas con quienes te involucras. El juez Johns tiene una carrera "intachable" si así lo quieres ver. Pero no me confiaría mucho de él. Cualquier persona en el poder se corrompe tarde o temprano. Lucas es mi amigo. Terrible historia, ¿no crees? A la prensa sensacionalista le vendría de maravilla una nota como ésta. Ya veo los titulares.
—¿Es eso lo que quiere, una nota roja? ¿Quién eres y quién te envío?
—Norman, Kyle Norman mucho gusto —extendió la mano.
El hombre era alto, fornido, con el cabello lacio y muy corto. Ojos verdes que se perdían en su rostro. Nariz perfilada y un mentón prominente. Era atractivo pero tenía un aire de cinismo.
—¡Cómo entró aquí! Tengo entendido que los ex presidiarios no deben acercarse a prisión.
—Así que conoce mi historia. Para responder a su pregunta le diré que moví mis influencias. También tengo contactos —guiñó su ojo—. Sin duda el caso de Duncan es muy interesante. El típico abuso de poder. Apuesto a que vendería muchos periódicos.
—Temo señor Norman que aquí no encontrará nada escandaloso. Es un procedimiento cotidiano.
—¡Oh no! Me mal interpreta abogada. Yo vine porque quería ver libre a Lucas. Como te dije es mi amigo. Lo conocí en abarca hace algunos años. Pero dejemos de lado los formalismos, dime Kyle.
—Bien, si me disculpa tengo asuntos que atender —dijo cortante tratando de evadir su insidiosa mirada.
—No era de extrañare que buscara una mujer como tú.
—¿Perdón?
—Tu familia y la familia Parker siempre han dado de que hablar. Seguí a fondo la vida de la señora Audrey Parker. Una mujer bellísima, espectacular en todos los sentidos.
—Conozco la historia. Ya Brandon me puso al tanto de todo. Fue su culpa que ella muriera.— Dijo reclamando.
—Él es un buen muchacho. No merece la familia que lleva a cuestas. Me atrevería a decir que tú tampoco pero no te conozco. Y no fue mi culpa lo del secuestro. Bruno lo hizo ver de ese modo.
—Si me disculpa tengo que irme.
—¡No estoy coludido con nadie! Trabajo solo. Estoy interesado en el caso de Lucas porque sé que no es culpable. Su encarcelamiento fue un acto de venganza que encubría una serie de delitos por parte de tu padre.
—Mi padre no es un criminal. Su único delito fue creer que ese hombre era culpable cuando solo buscaba ayudar a mi madre.
—¿Y no se te hace un crimen encerrar a alguien durante quince años simplemente por odio?
—Debo entender entonces señor Norman que está investigando a mi familia. ¿Me atosigará de la misma forma en que lo hizo con la señora Audrey?
—Mi investigación en tu familia es complementaria. Tengo el ojo puesto en Parker pero es muy hábil. Tiene muchos contactos, la mayoría de ellos personas de reputación intachable. Dispuestos a hacerle grandes favores. Entre ellos tu padre. Fue realmente una fortuita coincidencia que nos encerraran a Duncan y a mí en el mismo lugar. Cuando lo conocí me habló de Jack Brooks y el enorme poder que tenía. Entonces cuando salí de aquí investigue si tenía una relación con Bruno Parker.
—Se conocen desde hace mucho. Pero no se frecuentan demasiado.
—Compañeros de generación, miembros del mismo club social, amigos inseparables a pesar de sus diferencias sociales.
—¿De qué diferencias habla?
—Pensé que lo sabías. Tu padre se volvió millonario de la noche a la mañana. Después de que se casó con tu madre se volvió un hombre importante. Todo se lo debe a Bruno Parker.
—¿Has pensado que quizá se lo deba a su trabajo?
Norman lanzo una carcajada. Recuperó la postura y prosiguió.
—Como sea Irina. Toma mi concejo. No te confíes de las personas con las que te relacionas, investígalas a fondo. Podrías sorprenderte.
—Si me disculpa tengo que irme —acomodó sus cosas y abrió la puerta.
—¿Sabe tu padre que defiendes al asesino de tu madre?
Irina palideció.
—¡Eso no le incumbe! —salió de la sala completamente indignada.
—Te veré después Irina —gritó.
Irina salió del juzgado esperando no encontrarse nuevamente con Joshep sin embargo no fue así.
—Lamento lo de tu padre —dijo la joven cuando lo vio acercarse.
—Hiciste lo que estaba en tus manos. Parece que mi padre necesita estar encerrado para calmar el ego de ciertas personas —dijo con un tono sarcástico hiriente.
—¡Mi padre no tuvo nada que ver en el proceso! —replicó enojada.
—Irina discúlpame no quise ofenderte. Es tarde vamos a comer.
—No tengo hambre. Si me disculpas tengo cosas que hacer.
—Creí que habías renunciado.
—Mi vida no se resume solamente a mi trabajo.
—¡Irina por favor! —la detuvo sujetándola de los hombros—. No seas hostil, solo pretendo arreglar nuestras diferencias. Sé que pasaron muchos años pero podemos recuperar el tiempo perdido.
—¿Qué sabes de Norman?
—No mucho, mi padre me habló de él una vez. ¿A qué viene la pregunta?
—Curiosidad.
—Oye, sé que estas molesta conmigo por lo de ayer. Tengo una idea, dame una oportunidad. Volvamos a empezar.
—Josh yo...
—Shh no digas nada —interrumpió—. Conozco un lugar que te encantará.
Una sensación placentera inundó su espíritu. Era inevitable para ella sonreírle al hombre que alguna vez amo. Negarse a acompañarlo a pesar de estar resentida no era una opción.
Se olvidó de Scott y la torrida noche que había pasado con él, tomó la mano de Joshep y aceptó pasar el día con él.
Scott daba de vueltas en su oficina. De repente, Ana entró, lo que provocó su molestia.
—¡Disculpa pero te buscan!
—¡Pudiste haber tocado la puerta!
—Lo hice pero no respondiste.
—¿La encontraste?
—No. La misma respuesta desde la mañana. Ni siquiera su amiga sabe en dónde está.
—¡Es increíble que haga esto! Me siento como un niño estúpido.
—Estaba muy confundida. Dale tiempo debe estar asimilando lo que pasó entre ustedes.
—¿Cómo sabes que pasó algo entre nosotros?
—Bueno es evidente. No estarías tan alterado si las cosas mantuvieran el mismo ritmo. Pasaron la noche juntos y de pronto ella desapareció sin dejar rastro.
—Necesito hablar con ella. Estoy enamorado Ana. La amo.
—¡Cielos! —dijo conteniendo sus emociones—. Ya aparecerá, seguiré llamando a su celular e intentaré contactar a sus amigos. Alguien debe saber en dónde se encuentra. Mientras tanto, Rick te busca quizá él pueda ayudarte.
—¿Te dijo qué quiere?
—Solo que lo mandó tu padre.
—Hazlo pasar.
Rick era el jefe de seguridad de su padre. Un hombre de confianza que había servido a Bruno los últimos diez años. Leal en toda la expresión de la palabra. Había sido guardia presidencial y ahora trabajaba para Parker.
Rick Bennett era un hombre rudo. Medía casi 1.85 metros de altura, musculoso y serio. Mantenía el mismo corte que Norman pero a diferencia de él su rostro provocaba escalofríos. Era muy rudo y frío.
Mantuvo el ceño fruncido al momento de entrar a la oficina de Scott. No era viejo pero siempre mantenía cierto respeto al hablar.
—Ana me dijo que mi padre te envío.
—El señor Parker está muy molesto por no haber acudido a la cena anoche.
—Tuve unos inconvenientes. Después hablaré con él. Ahora dime la verdad, ¿a qué vienes?
—Su padre quiere que me haga cargo de su seguridad. Como sabe Kyle Norman salió de prisión.
—Mi vida excede el interés de Norman.
—Desde el altercado con la señora Parker y su ingreso al penal, Norman está interesado en destruir la reputación del señor Parker.
—Nuevamente te repito que yo no tengo nada que ver en sus asuntos.
—Me explicaré mejor. Nada le complacería más a Norman que dañar la imagen de Brandon y la suya.
—Entonces estas con la persona equivocada. Es a Brandon a quien debes cuidar. Siempre anda metido en problemas.
—Es por la señorita Brooks que estoy aquí.
—Ya había hablado con mi padre de eso y le dejé en claro que su imagen no debería preocuparle. Mantiene un perfil bajo y no se mete en problemas. El asunto del novio es cosa del pasado. Nada en su presente afectaría su reputación.
—Excepto claro la apelación del caso Duncan.
—No he tenido la oportunidad de hablar con ella respecto a eso.
—Ayer se llevó a cabo la revisión del caso. Resulta que Duncan estará otro rato encerrado y no es eso lo que me preocupa. Me incomoda el hecho que Norman haya acudido a la audiencia.
—¡Ese maldito tuvo la osadía de acercarse a ella!
—Sí, habló con ella unos minutos. De su estancia en abarca surgió una amistad entre él y Duncan. Temo entonces que se aproveche de la situación para enlodar el proceso.
—Hablaré con ella.
—Eso no es lo que quiere el señor Parker.
—No puedo pedirle que abandone el caso. En primer lugar porque ella no me ha dicho nada al respecto y en segundo porque se encapricharía más con eso.
—Es por eso que estoy aquí. El señor Parker me encargó que cuide a su novia. Debo mantenerla alejada del escándalo y de Norman. Además me pidió que me encargue de tu seguridad.
—¿Sabes en dónde está?
—Está en Abarca.
—¿Sabes si ese tipo el hijo de Duncan esta con ella?
—Convenientemente está a su lado.
—¿A qué hora se llevará a cabo la revisión?
—Se llevó a cabo cerca de las diez.
—Son casi las dos. ¿Está seguro que continúa ahí?
—Su auto no se ha movido del lugar.
—¡Acompáñame a Abarca! —ordenó enojado.